domingo, 29 de novembro de 2009

Influencias Africanas

Animado por André Derain, Picasso visitó en 1907 el Museo de Etnografía en el Palacio del Trocadero de París. Este fue su primer contacto con un amplio número de piezas africanas y oceánicas, que tanto Derain como Matisse coleccionaban desde hacía tiempo, pero a las cuales Picasso no había prestado demasiada atención hasta ese momento. El descubrimiento del arte no-occidental dio un nuevo empuje a las Las señoritas de Aviñón, y también ejerció una considerable influencia sobre su trabajo escultórico. Picasso modificó entonces los rostros de algunas de las señoritas, los dos de aspecto más «cubista» de los cinco, que se asemejan a máscaras africanas, mientras los dos centrales son más afines al estilo de los frescos medievales y las primitivas esculturas ibéricas; también el rostro de la figura de la izquierda presenta un perfil que recuerda las pinturas egipcias. Sin embargo, «art négre, connais pas», era la respuesta de Picasso a una pregunta de la revista Action en 1920; este período protocubista, que se sitúa entre 1907 y 1909, es conocido también como el Período Africano, Período Negro o Período Oscuro de Picasso; su estilo se vio fuertemente influenciado por la escultura africana, pero el artista pretendió siempre lo contrario.
Las señoritas de Aviñón
Las señoritas de Aviñón supuso un nuevo punto de partida para Picasso, que eliminó las referencias a la tradición rompiendo con el Realismo, abandonando los cánones de profundidad espacial y perspectiva, así como el ideal hasta entonces existente del cuerpo femenino, al reducir la obra a un conjunto de planos angulares, sin fondo delimitado ni perspectiva espacial, en el que las formas están marcadas por líneas claro-oscuras. Los tonos ocre-rojizos son característicos de su más amable época rosa, pero la crudeza del cuadro los convierte en agresivos.
El cuadro pudo estar también influenciado por las figuras alargadas de El Greco, en particular por su Visión del Apocalipsis, que Picasso posiblemente vio ese verano en París; su estructura y composición deriva de Las grandes bañistas de Cézanne; la pintura de Cézanne hace de los objetos una presencia real, con especial énfasis en los volúmenes y el peso de los mismos, sin la palpitación atmosférica propia del impresionismo. Según Fermigier (1969:69), su retrospectiva en el Salón de Otoño de 1907 determinó la evolución ulterior de Picasso. También Braque, inspirado por Cézanne, inicia una serie de paisajes que muestran su transición del fauvismo a su época protocubista.

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